¿Por qué se caracteriza el primer mes de un embarazo?

Entre los principales síntomas que experimentas en el primer mes de embarazo destacan las primeras náuseas y un ligero cansancio más acusado de lo habitual.

Además, emocionalmente es posible que sientas cierta inestabilidad, similar a la previa a la menstruación, con cambios repentinos de humor.

Respecto a cambios físicos, es posible que notes tus pechos más sensibles, pero todavía tendrás que esperar a que tu tripa se abulte.

Por semanas, a la hora de contar el inicio del embarazo, el médico suele tomar como referencia la última menstruación, ya que es un dato más fiable que la fecha de ovulación, que varía según la duración del ciclo y no se puede calcular si los ciclos no son regulares.

Cuando el espermatozoide fecunda al óvulo, este comienza su camino hacia el útero. La célula resultante de la fusión entre el óvulo y el espermatozoide, mezcla del padre y de la madre, se llama zigoto. Cuando pasan unas horas, esta célula se divide y crea otra igual a sí misma y progresivamente, van multiplicándose. Dos días después, estas células caen en la cavidad uterina y posteriormente, pasados unos días más, se pegan a la pared del útero.

A partir de la semana 4, tu futuro bebé ya está enraizando en el útero y mide aproximadamente 0.02 mm y está formado por cientos de células genéticamente iguales pero que empiezan a diferenciarse activando unos genes y bloqueando otros. De esta forma, cumplirán tareas distintas: las células de la capa externa formarán la placenta, el cordón umbilical y las membranas amnióticas, y las del centro crearán la estructura del embrión. Cuando está terminando la semana 4, la placenta hunde sus capilares en la mucosa uterina. En este momento se puede experimentar una pequeña hemorragia inicial cuando el óvulo fertilizado se implanta en el revestimiento uterino.

Estos son los principales cambios que tanto tú como el bebé experimentará en el inicio de la gestación.