En el segundo mes de embarazo apenas hay cambios aunque es probable que necesites una talla más de sujetador. Los pechos suelen estar más sensibles y es posible que aumenten tus ganas de orinar dado que el útero ha crecido de tamaño.
Por otra parte, durante este segundo mes, el flujo vaginal es más intenso y blanquecino y es el mes en el que se dan náuseas con mayor frecuencia.
Por semanas, en la quinta, tiene lugar la implantación. En el embrión, que en esta semana incrementa por 10 su talla, ya hay tres grupos de células diferenciadas: unas que se agrupan para formar el esqueleto y los músculos; otras que se encargan de construir los tejidos de los órganos internos y otras que crean los nervios, la piel y el cerebro.
A partir de la semana 6, podemos decir que el embrión tiene un tamaño de un grano de arroz aproximadamente. Es en este tiempo cuando cuando la membrana amniótica se completa alrededor del embrión y la burbuja se llena de líquido. En el vientre del embrión sobresale un bulto que comienza a a latir: se trata del corazón.
A partir de la semana 7 en la cabeza del embrión aparecen dos manchas oscuras que son el antecedente de lo que serán los ojos, así como las hendiduras que darán paso a la nariz, oídos y boca.
Los nervios se van extendiendo hacia la médula espinal y comienzan a formarse los brazos y piernas. Además, comienzan a tomar forma los órganos internos. Los riñones, el hígado, intestinos, pulmones, así como los órganos sexuales, están casi completos.
Los latidos del corazón son mucho más acelerados que en el caso de un adulto.
La embriogénesis es un periodo delicado. Si el embrión es defectuoso, se desprenderá y tendrás una regla, con retraso, más abundante de lo habitual.
Por último, a partir de la semana 8 comenzarás a experimentar los típicos vómitos propios del inicio de los embarazos. Es debido a una hormona que emite el embrión llamada progesterona. El rostro del embrión se va modelando: los ojos se aproximan, brotan las orejas y la nariz y el mentón se yergue.
Los brazos y piernas siguen desarrollándose, pero aún son muy cortos.
La mayoría de órganos del bebé se han desarrollado en su forma básica. Por debajo de la piel, fina como el papel, se empiezan a ver una red de vasos sanguíneos.