A lo largo del embarazo, si no hay ninguna complicación, se hacen tres ecografías: una inicial, otra en el segundo trimestre de gestación, y otra ya en el trimestre final del embarazo.
Desde el principio, descubre qué revela cada ecografía, para comprender y poder disfrutar la evolución de tu bebé a lo largo de todos los meses.
Las ecografías son imágenes del embrión o del feto dentro del útero, obtenidas mediante ultrasonidos, con la finalidad de controlar la evolución del feto durante la gestación. Se trata de una técnica de exploración cómoda, sencilla, fiable e inocua, tanto para ti como para tu bebé.
Para obtener la ecografía, el ginecólogo maneja el transductor, herramienta compuesta por un cabezal emisor y receptor de ultrasonidos, con forma diversa en función de si la ecografía es transvaginal o abdominal. Dicho cabezal se desplaza por la zona a examinar. En ambos casos, es necesario un gel conductor que facilita la trasmisión.
La primera ecografía
Suele realizarse entre las semanas 11 y 13 de gestación. Esta primera ecografía suele ser transvaginal. El ginecólogo introduce con cautela el transductor dentro de tu vagina para acceder de forma directa al útero y a los ovarios, lo que permite un estudio más detallado de los primeros meses de la gestación, cuando el feto es aún muy pequeño.
Esta ecografía sirve al médico para saber si el embrión está bien ubicado y si hay más de uno. También medirá el grosor del pliegue nucal, que guarda relación directa con la salud del bebé. Esto, junto a la edad de la gestante y la analítica de sangre del triple screening, dan a la embarazada un valor estadístico que permite comprobar también si el feto tiene un riesgo elevado de anomalía cromosómica. En este caso, se oferta la amniocentesis, técnica invasiva que se realiza para descartar alteraciones en los cromosomas.
Sin embargo, para disfrutar desde el inicio de la gestación de cada momento, el test prenatal de imegen te ofrece desde la semana 9 de embarazo, la posibilidad de realizarte una prueba no invasiva para descartar anomalías cromosómicas, siendo la prueba que más pronto puede realizarse. De esta forma, puedes estar tranquila desde el primer momento, con una prueba sin riesgos para el bebé, a diferencia de la que la amniocentesis.
La segunda ecografía
La segunda ecografía se realiza en la semana 20 de embarazo por vía abdominal. Se la conoce como la “morfológica”, ya que en ella se analiza la forma del feto.
El hacer esta ecografía en esta semana precisamente, atiende a que es el momento en el que mejor se puede ver en detalle el cuerpo del feto y, además, porque la ley establece como fecha tope para la interrupción del embarazo la semana 22. Si el bebé está en la posición adecuada, la predicción del sexo del bebé es fiable al 90%.
Tu médico hará una exploración completa del feto. Algunas anomalías que pueden detectarse en esta ecografía serían las cardiopatías severas, el labio leporino, retraso en el crecimiento, alteraciones craneales…
La ecografía del tercer trimestre
La tercera y última de las tres ecografías obligatorias. Se suele hacer entre la semana 32 y la 35 de gestación. La finalidad última de esta ecografía es valorar el tamaño del feto, que suele medir aproximadamente 40 centímetros, y ver si el crecimiento es el adecuado.
Tu ginecólogo comprobará que el nivel de líquido amniótico es el correcto, estudiará la ubicación y el envejecimiento de la placenta (la cual cosa es muy importante en esta etapa final del embarazo), observará el cordón umbilical y la sangre que circula por él…
Con estas, se cumple el ciclo de ecografías obligatorias dentro del periodo de gestación. Además de éstas, te harán otras en el caso de que el embarazo sea de riesgo o si surge algún problema puntual.
De cualquier forma, no debes alarmarte, ya que las ecografías sirven para detectar pronto los problemas, pero en líneas generales, confirman que todo va bien. ¡Disfruta de tu embarazo!