Ser madre es una de las mayores aventuras en las que te puedes embarcar. Supone muchos cambios, pero la maternidad es una experiencia muy gratificante y con muchísimas ventajas.

La transformación que se produce en el interior al tener un hijo, en los sentimientos y en la vida afectiva, dependerá de factores tales como la educación, el tipo de crianza, el carácter o incluso la herencia genética. Los valores al ser madre cambian. Es el momento a partir del cual nos damos cuenta al 100% de lo que es anteponer el bienestar de otra persona al tuyo. ¿No estás tan segura?

Aquí te dejamos algunos argumentos que te convencerán de las muchas ventajas que supone embarcarte en la maternidad.

1. Tu experiencia del amor crece. Todo lo vivido hasta el momento se queda pequeño con la dimensión que cobra la palabra “amar”. Al convertirte en madre, te das sin límites a otra persona sin esperar nada a cambio, tu amor es incondicional y al poner a tu hijo primero, te vuelves una persona desprendida, capaz de amar más y mejor.
2. El vínculo con el hijo y el apego son sentimientos intensos y perdurables en el tiempo.
3. Valoras las cosas más sencillas de la vida.Valoras las pequeñas cosas como un abrazo, un beso, una sonrisa, una carita, un logro, una lágrima, etc. Los hijos ven las cosas de una manera más simple y son sencillos de naturaleza.
4. El amor en tu pareja crece y el compromiso de estar juntos se afianza.Los hijos son el fruto de la relación de ambos y ahora admiras a tu pareja no sólo como persona, sino como padre de tu hijo. Los momentos de convivencia, son un momento de reencuentro de la pareja. También crece el amor hacia tus propios padres al entender el amor que ellos tienen hacia ti como hijo.
5. Puedes ser niño otra vez.Los niños y niñas te devuelven a la añorada infancia: cantar, pintar, correr, comer golosinas, bailar bajo la lluvia, ir al parque, y otras de las cosas simples de la vida vuelven a ti de la mano de tus pequeños.
6. La maternidad estimula en ti el crecimiento personal, la empatía y la autoestima. Además, te haces más segura y responsable.
7. Tienes un motivo de alegría y felicidad. No importa lo difíciles que sean los retos del día o de la vida, los problemas que existan, malos ratos, sufrimientos, etc. Todo se arregla con un abrazo, un beso, caricia, sonrisa o un “te quiero” de nuestros hijos.
8. Por primera vez entiendes la palabra sacrificio, no como sinónimo de sufrimiento, sino como trabajo sagrado. Comprendes la enorme importancia de tu trabajo como madre y su trascendencia. No te derrumbas ante problemas o situaciones que antes te hubieran parecido imposibles de superar. Te sientes invencible y aunque te cuesten las cosas en la vida, eres fuerte pues tienes a tus hijos como fuente de inspiración diaria.
9. También hay beneficios sobre la salud: El embarazo y la lactancia protegen a las mujeres contra el cáncer de mama, de ovarios y de útero. Además, los embarazos repetidos mejoran la salud del corazón y se disminuye el riesgo de padecer esclerosis múltiple.
10. Las madres mejoran su alimentación, vigilan su salud y suelen hacer más ejercicio físico.